jueves, 29 de octubre de 2015

En noches como esta

"Noche Maga" ©Sara Moyano http://saramoyanoreina.blogspot.com.es/

Hace unos años le regalé a una amiga dos reproducciones de dos obras de la artista cordobesa Sara Moyano entre las que se encontraba "Noche Maga". Las pasadas Navidades, mis padres, que sabían en todo momento que quedé prendado de las obras, me regalaron a mí el mismo par con el que yo había obsequiado a esa amiga. Ahora lucen de maravilla en mi habitación y me permiten ver cada noche y cada mañana, como si de una ventana más se trataran, la ciudad de la que vengo, hoy a 500 kilómetros.
Sucede que hace unos meses, observando el cuadro, me asaltó un recuerdo:

Es de noche y vuelves de una de noche de copas en compañía de los amigos de siempre, después de mucho tiempo tratando de reunirlos en tus recurrentes retornos a Córdoba. Te acompañan, camino del coche de vuelta a casa, y tienes una epifanía. El alcohol, la felicidad, la noche o tu ciudad encienden una luz que normalmente está apagada y lo ves claro: es un momento de esos para recordar. Y te vuelves a ellos para hacérselo ver, para mostrarles el valor de esa noche, el hecho de estar allí, cruzando ese puente, después de tantos años tejiendo otros tantos puentes para seguir unidos al cabo de la noche y sus cervezas y sus historias. Justo ahí, en mitad del puente, os detenéis para volveros a mirar la ciudad y ser conscientes de todo. A mitad de camino estáis: Entre las copas de antes y el camino a casa en coche, entre la ribera cálida y la orilla fría, entre las luces y las sombras, entre las complicidades y las despedidas. Córdoba siempre es cruel cuando todo son dosis breves, pero qué necesario es mirar atrás, tomar distancia y valorar los años y las compañías.
Después, lo recuerdas, llegarías a casa, y casi en duermevela, garabateaste en la libreta un par de líneas que meses más tarde se convertirían en este poema:




En noches como esta
                                           A ellos saben quién.


Quiero quedarme a vivir
en noches como esta.
Cenar mirando al río y a tus ojos,
observar mi sonrisa en la vuestra,
compartir vino y recuerdos
y risas y deseos de seguir aquí,
acurrucados entre todos,
al pie del tiempo y la distancia.

Quiero quedarme a vivir
en esta noche que ya es nuestra.
Tomar unos gintonics al amparo
de los 30º de esta madrugada
y una banda sonora original,
con las mejores vistas del mundo
y rememorar tantas otras noches
ahora ya no tan cotidianas.

Después, buscar el coche
cruzando el río y hacer un alto,
en mitad del puente,
para mirar atrás y observar
la ciudad en negro y noche,
algún neón, 
la cal,
la arena,
y ser 
conscientes de ese momento,
-hacerlo eterno,
o al menos, trascendente-
de ese estar allí, en ese ahora,
recogiendo lo que queda 
de nosotros,
de esa noche, 
de tantas noches,
de nuestra noche.

Quiero quedarme a vivir
en noches como esta:
Emborracharme 
como antes,
con vosotros, 
sin contemplaciones.

domingo, 25 de octubre de 2015

Cambio de armarios

Guardar abrigos y bufandas,
sacar las camisas de lino,
las sandalias y las mangas cortas.
Descendientes de la serpiente,
cambiamos de piel por temporadas.

En el suelo, expuesto,
nuestro atlas de geografía textil.

Peleamos, negociamos:
Yo tiro esto –porque, la verdad,
está hecho un asco –
si tú te deshaces
de esa blusa que odio.

Cierro los tratos contigo
abriendo tus cremalleras.

Adoro ver, mezclados,
tus vestidos de invierno
con mis cuellos vueltos,
tus medias tupidas,
mis botas de siete leguas.

Mis cajas de zapatos guardan
muchos caminos contigo.

sábado, 10 de octubre de 2015

El otoño

Imagen de J. Carlos Carazo [@jcarloscrz]

                    “Those raindrops are falling on my head,
                     they keep falling”

Sueño con que me desarmes
de locura y abandono
y que me desordenes
como haces con el otoño
cuando te espera al salir de casa
tendido en las aceras
y tu tarareas a B.J. Thomas
aunque no llueva,
ni yo sea Butch Cassidy
ni seamos atracadores de bancos,
y esto tampoco sea Wyoming.